Esta semana encuadernamos un libro de mitad de Siglo XX.
Una retrospectiva que en 1946 analizó cómo habían llegado países como Francia, Inglaterra, Italia y Alemania a repetir un conflicto que causó muerte y destrucción como nunca había visto el ser humano.
Pero vamos a lo que nos importa.
ENCUADERNACIÓN EN PIEL CON NERVIOS
Este es el libro en cuestión antes de la intervención:
Al comenzar con la restauración, valoramos el estado del cosido, y se decide sustituirlo.
No es lo suficientemente fuerte, está desgastado y hay tres puntos concretos en los que los cuadernillos ya se han desprendido del todo.
Además, hay páginas rotas, con agujeros o desgarros, incluso la postada original, que también será añadida en la encuadernación posterior:
Descosemos y restauramos las páginas afectadas y reforzamos los cuadernillos, para poder volver a coser el libro. Utilizaremos la costura española.
Una vez cosido, se refuerza el lomo con la estructura clásica de cabezada, tarlatana y fuelle. Se utiliza un adhesivo flexible, transparente y sin acidez.
Como se ha decidido encuadernar en piel, encartonamos el libro.
HACER EL LOMO CON NERVIOS
Se utiliza una piel un poco gruesa, en color tierra. Irá vista en el lomo y el corte delantero.
Para el lomo, disponemos cuatro nervios. Por el tamaño de nuestro libro, es el número justo para que haya suficientes pero no sobrecargarlo.
En el pasado, los nervios recubrían las costuras más gordas de los libros, hoy en día son meramente decorativos. Pero nos parece que quedan bonitos, así que los utilizamos.
Para hacerlos, hay que engrosar con más cuero la parte que queremos destacar como nervio.
Éstas son las fotos del libro encartonado y con el lomo de piel ya dispuesto:
También haremos el corte delantero del libro con la misma piel.
Completamos la encuadernación con papel a juego entre las guardas y las tapas.
Hemos elegido un papel oscuro, que hace contraste con el color natural de la piel, pero que tiene gotas de colores más similares a la piel, además de pequeños destellos dorados muy sutiles.
Nos encanta rescatar libros, no sólo por su contenido, también puede ser parte de una bonita decoración:
¡Gracias por leer!