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Antes

Hoy nos ocupamos de una estantería sencilla, como la que cualquiera puede tener en la cocina del pueblo.

Tiene unas molduras bonitas, pero no se potencia y presenta marcas circulares, de haber sujetado vasos o tarros, es por lo que hemos supuesto que ha estado en una cocina.




La estantería llega desencajada al taller, y al desmontarla nos encontramos un mejunje de distintas colas, lo que nos indica que ya se ha reparado en anteriores ocasiones y nunca se ha limpiado la unión.

También uniones a base de clavos, algunos incluso atravesando las espigas. La utilización de clavos aporta más problemas que soluciones, puedes
leer más sobre este tema.



 

Después

Limpiamos y volvemos a encolar y pintamos, este es el aspecto final:


El acabado

Hemos escogido un acabado que combina modernidad y desgaste.

Al aplicar azul eléctrico como base lo situamos en las tendencias actuales.

Damos un efecto envejecido mediante la técnica de pincel seco. Utilizamos pintura color lavanda, ya que se difumina mejor dentro del azul, un tono muy oscuro.

Si hubiéramos usado un color dentro de la gama de los blancos, el contraste hubiera resultado chocante.

Para dar más volumen, se ha desbastado la pintura con cuchilla de carpintero y lija, dejando en ocasiones asomar la madera original.

Finalizamos el efecto matizando con un poquito de betún de judea (cuidado al aplicar, puede resultarte muy oscuro y no gustarte).

Y como protección, cera incolora.

Este es un detalle del acabado, por si te gusta y quieres aplicarlo:


 
¡Y ahora esta bonita estantería contiene
nuestras libretas en la tienda!



¡Gracias por leer!