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Vamos a enseñarte la restauración de un baúl de viaje, uno muy parecido al que hemos tenido hasta hace poco a la venta en la tienda.

Estamos muy orgullosos del resultado y nos atrevemos a calificarlo de espectacular. Te invitamos leer hasta el final para ver la sorpresa y llegar a la misma conclusión.

Comenzamos presentándote cómo llegó el baúl al taller:

Lo primero que realizamos es una limpieza: la capa de suciedad, producto de haber estado en una casa guardado mucho tiempo, no dejaba percibir la belleza que escondía.

La limpieza se realiza únicamente con un cepillo de cerdas suaves en las zonas en las que la capa que protege la arpillera ha desaparecido.

De esta manera, la trama del tejido no sufre.

Lo siguiente es dotar al baúl de funcionalidad, ya que hay una bisagra que no se sostiene y abrir y cerrar la tapa es peligroso tanto para la integridad del mueble, como para la persona que lo usa.

Realizamos una pieza a medida que se adapta a la porción de madera perdida y volvemos a atornillar la bisagra.

Una vez está el baúl limpio y fuerte, se asientan las partes de tejido de arpillera desprendidas del soporte, y se realizan injertos con tejido nuevo donde la arpillera original había desaparecido.

En la foto puedes apreciar la arpillera antigua, en color grisáceo, y los injertos nuevos, en color marrón:

Las zonas en las que el tejido había perdido la capa protectora, se recubrieron con papel celulósico para igualar el aspecto al conjunto y poder reintegrar cromáticamente:

Este hecho es especialmente apreciable en el lateral derecho, donde más de la mitad de la superficie fué reconstruida.

 

Si te fijas entre las dos fotos, verás que falta el asa. Esto merece otro apartado:

 

Recuperar y construir el asa de un baúl

Seguramente, el baúl haya hecho tantos viajes que era difícil que las asas de cuero no se hubieran visto afectadas.

En  el lado izquierdo directamente estaba perdida, y en el derecho estaba claveteada.

La pieza de latón que puedes observar estaba preparada para albergar un remache que encajase en la circunferencia.

Como afortunadamente, en el taller realizamos varias disciplinas, nos decidimos por utilizar tornillos de encuadernación latonados.

El asa original se hidrató profundamente y se construyó una de las mismas características para el lado que faltaba.

En la superficie exterior, reintegramos cromáticamente los injertos y cubriciones realizadas, como has visto en la zona lateral.

Las chapas metálicas se pintaron de nuevo en negro como el original, y se respetó el color del símil cuero para destacar ambas partes.

También se pintaron líneas decorativas en las zonas en las que se habían perdido, como el lateral reconstruido, la trasera y la tapa.

La foto es de la tapa, donde también se imitaron los remaches faltantes con resina y se pintaron con efecto envejecido.

 

El interior del baúl es nuestra sorpresa final

Se ha empapelado de nuevo con papel decorativo en motivos de tarjetas postales antiguas, acorde con la esencia de viaje de la pieza.

Es una pieza que actualmente es válida para la decoración de casi cualquier rincón, dando un toque de otra época pero con una funcionalidad. Por ejemplo, al lado del sillón para guardar mantas o a los pies de la cama para tener las sábanas.

¿Para qué lo usarías tú? Déjanos tu comentario, y suscríbete para recibir consejos y trucos de taller

 

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