Encuadernación holandesa
La encuadernación a la holandesa consiste en combinar dos materiales, en este caso piel y papel, para encuadernar un libro. Se le conoce como media piel, media pasta, o, en inglés, quarter bound o quarter bonding.
Puede realizarse también con tela, normalmente nuestras libretas llevan este tipo de encuadernación y pasa a denominarse media tela.
Este tipo de encuadernación toma importancia durante el siglo XIX y principios del XX, como forma de reducir el coste de los materiales a la hora de encuadernar, sin comprometer la funcionalidad del libro.
El lomo, donde se necesita fuerza, flexibilidad y resistencia, va forrado con piel o tela, mientras que la superficie de la tapa lleva papel, normalmente de aguas o marmoleado.
Como te decíamos, las partes donde el roce será mayor y se necesita material más resistente va forrado en piel o tela, por eso las esquinas también suelen llevar el mismo material que el lomo. De esta forma pasa a llamarse holandesa con puntas.
Vamos a ver un ejemplo de la restauración de un libro y su reencuadernación:
Estado inicial del libro
Se trata de un libro editado en 1933, en tapa blanda. Curiosidad: costaba 7 pesetas
Para nosotros, un libro en tapa blanda implica que la tapa vaya en cartón muy fino y normalmente plastificado, entonces, tapa blanda era simplemente un papel un poco más grueso.
Con el paso del tiempo el pegamento se ha oxidado y se han desprendido las tapas, pero al ser de papel, las incluiremos en el cuerpo del libro.
Ha sido necesario desencuadernar y restaurar la mayor parte de las hojas, aquí tienes una muestra de los cuadernillos restaurados antes de comenzar a coser el libro:
Resultado final: Encuadernación holandesa con puntas
Hemos utilizado el mismo papel para las tapas y para las guardas de color, procurando una continuidad estética
Como te habíamos prometido, las tapas originales ahora forman parte del cuerpo del libro
¡Muchas gracias por leer!